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Los girasoles, amados por los insectos y por los seres humanos

Por: Dorothée Waechter (dpa)
Quizá sea por su color amarillo, su tamaño o sus pétalos tupidos: lo cierto es que, entre todas las flores de verano, el girasol es una de las que más llama la atención. Su flor, como su nombre indica, se parece a un pequeño sol que irradia su luz sobre otras flores. Y sin embargo, esto no es todo, el girasol ofrece aún más.

Los girasoles no requieren de muchos cuidados


Los girasoles no son queridos solo por su presencia veraniega impactante y llena de simbolismo, sino también porque son relativamente fáciles de cultivar. “Los girasoles son un cultivo fácil”, dice Gernot Hauke, horticultor de plantas ornamentales e ingeniero hortícola de la ciudad alemana de Münster.

Si bien recomienda elegir un lugar soleado con un buen suelo, explica que los girasoles se las arreglan para sobrevivir incluso en suelos bastante pobres. La única diferencia es que en esos casos no crecen tan altos. Por otra parte, aunque el suelo sea pobre en sustancias orgánicas, un buen abono y un riego suficiente pueden hacer que la planta crezca bien y en abundancia de todas formas.

Los insectos aman los girasoles

El girasol tiene fama de ser valioso desde el punto de vista ecológico. “Atrae a distintos tipos de insectos que recogen tanto el néctar como el polen de las flores”, indica Hauke. Además, el hecho de que florezca relativamente tarde hasta finales del verano es valioso para los insectos, ya que se trata de una época en la que el alimento comienza a declinar lentamente para ellos.

”Más tarde, cuando las semillas están maduras, se benefician los pájaros de jardín”, completa Hanne Roth, paisajista de la ciudad alemana de Ingolstadt.

Por otro lado, se trata de una planta ideal para el suelo, aunque este beneficio sea poco visible. Sus raíces expansivas aflojan y también enriquecen el suelo con humus cuando mueren.

Este no es el único motivo por el que conviene dejar el tocón y las raíces en la tierra el mayor tiempo posible, hasta la siembra en la próxima primavera. De acuerdo con el experto Hauke, el tallo muerto también le sirve de refugio a los insectos en invierno.

Los girasoles se mueven

”Los girasoles van moviendo sus flores en dirección al sol”, explica Hauke. Esto los convierte en una planta muy linda para los niños, además de que “crece enormemente en el periodo de un año”, añade. La planta se puede plantar directamente en el lugar en el que irá cuando comienzan a subir lentamente las temperaturas.

Los girasoles también crecen en macetas

Quien no tiene un jardín puede comprarse un girasol de maceta y colocarlo en el balcón. Hauke recomienda que estén al sol y que se les provea regularmente agua y fertilizante. “Si las plantas están en una maceta pequeña hay que pasarlas a una más grande para que las raíces tengan más espacio para crecer”, aconseja.

Nombres que dan pistas

Un girasol clásico es el Helianthus annuus, que solo florece un verano y tiene un tallo robusto con una flor en su extremo. ”En
cambio, las ramificaciones y, por tanto, la mayor cantidad de flores, son típicas del Helianthus debilis”, añade el ingeniero hortícola. Comúnmente se lo conoce también como girasol débil, de hojas de pepino o girasol de las dunas de la costa este norteamericana.

Este girasol también es imponente: sus flores llegan a medir diez centímetros y el tallo alcanza una altura de entre 1,20 y 1,80 metros. Una de sus ventajas frente al Helianthus annuus es que su periodo de floración es más largo y que da muchas flores.


A veces, el mismo nombre de los girasoles que se consiguen en los viveros da cuenta de su tipo y tamaño. Es así como el girasol Teddy bear (osito de peluche, en español) tiene una gran cantidad de pétalos alargados, lo que le da una textura esponjosa como de osito de peluche.

En tanto, la variedad Ring of Fire tiene pétalos con un centro de color más oscuro, anaranjado, que asemeja a un anillo de fuego. En tanto, la variedad Big Smile, un tipo de girasol enano, es ideal para jarrones floreros.

Los girasoles pueden vivir más de un verano

Además de los girasoles que solo viven un año, hay toda una variedad de especies que viven varios años, entre ellos una planta conocida más que nada como tubérculo comestible, el tupinambo (Helianthus tuberosus).

”Mi favorito entre los girasoles que duran varios años es el Helianthus salicifolius”, dice la paisajista Hanne Roth. Sus
brotes altos con hojas bien angostas les dan un toque extravagante.

Por otra parte, Roth recomienda dejar los girasoles ya marchitos en el jardín durante el invierno, ya que sus tallos firmes aportan estructura al paisaje.

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