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Los organismos beneficiosos, claves para combatir plagas

Por: dpa

En los invernaderos suelen predominar las temperaturas cálidas para que tomates, pepinos, pimientos y berenjenas puedan prosperar. Pero no solo a las hortalizas les gustan las condiciones climáticas cálidas. Por regla general, esto también hace que las plagas se multipliquen rápidamente.

El Servicio de Protección Fitosanitaria de la Cámara de Agricultura del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, en Alemania, brinda algunos consejos sobre cómo deshacerse de los pulgones, las arañas rojas o la moscas blancas, y explica por qué no es necsario usar productos químicos.


La solución contra las plagas es la fauna auxiliar. Se llama fauna auxiliar u organismos beneficiosos a todos aquellos animales, por lo general invertebrados, que son útiles para combatir una plaga. Estos deberían ser colocados en el invernadero apenas aparecen las primeras señales de infestación o incluso como medida preventiva.

En las tiendas especializadas se pueden encontrar distintos insectos adecuados para combatir cada plaga. A la hora de hacer un pedido o comprar, es importante prestar mucha atención al nombre de cada organismo beneficioso.

Para combatir las arañas rojas son de utilidad los acáros Phytoseiulus persimilis o Amblyseius californicus. Los trips también pueden eliminarse con este tipo de ácaros, más específicamente con Amblyseius cucumeris y Amblyseius swirskii. Como alternativa también pueden emplearse redúvidos de la variedad Orius.

Varios insectos beneficiosos ayudan contra los pulgones: los icneumónidos (especies Aphidius), los crisópidos (Chrysoperla carnea) y la pequeña mosca Aphidoletes aphidimyza. En caso de infestación de mosca blanca, se pueden utilizar las Encarsia formosa.

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Dónde y cómo emplear estos bichitos depende de qué tipo de fauna auxiliar se trate. Las moscas Aphidoletes aphidimyza, por ejemplo, se venden como crisálidas en pequeños envases de plástico y hay que esparcirlas sobre el suelo de las plantas, según explica Lea-Kathrin Piepel de la Cámara de Agricultura de Renania del Norte-Westfalia.

Los ácaros depredadores suelen venir en un salvado que se espolvorea sobre las plantas. O bien vienen en bolsitas que se pueden colgar de las mismas. La ventaja de las bolsitas es que en ellas la humedad interior es mayor, lo que tiene un efecto positivo en el desarrollo de estos organismos beneficiosos.

El estadio de desarrollo en que se libera un insecto beneficioso  suele ser decisivo: si se colocan insectos beneficiosos en el invernadero en la fase de huevo, por ejemplo, normalmente hay que esperar a que se hayan desarrollado hasta convertirse en larvas o, a veces, incluso en adultos.

Piepel explica que solo entonces los organismos beneficiosos pueden comer o parasitar a las plagas. Así que a veces pueden pasar varias semanas hasta que desaparecen todas las plagas.


La cantidad necesaria de la fauna varía mucho en función de la especie de insecto beneficioso. Algunos organismos beneficiosos son diminutos, como por ejemplo los ácaros depredadores. De acuerdo con Piepel, ni siquiera pueden verse a simple vista.

Los insectos beneficiosos suelen ofrecerse en las tiendas por unidad de superficie, por ejemplo para un invernadero con una superficie de 20 metros cuadrados.

Si los organismos beneficiosos ya no pueden encontrar alimento, suelen morir. Si, por el contrario, encuentran buenas condiciones en el invernadero, también pueden reproducirse.

Por lo general, la humedad del invernadero suele ser demasiado baja, según explica Piepel. Si estos organismos beneficiosos no producen ninguna cría -lo que suele ser el caso-, hay que volver a colocar varios de ellos en el invernadero para que puedan combatir todas las plagas.