calambre

Cuídate de los molestos calambres

Por: Dr. Oscar García
Muchas veces, sin una razón aparente, sentimos al estar sentados o acostados unos terribles calambres o espasmos, los cuales se pueden definir como una contracción muscular dolorosa, involuntaria que ocurre súbitamente y que puede afectar cualquier músculo, parte de él, o incluso a un grupo de músculos al mismo tiempo.

Por lo general, los músculos de la pantorrilla, la parte de atrás del muslo y el cuádriceps, así como puede las manos, pies, brazos, abdomen y en el tórax, son los más frecuentes en sufrirlos.


Se desconocen qué provoca los calambres, pero se han asociado a fatiga muscular por sobreuso, deshidratación, alteraciones en los electrolitos, falta de estiramiento, hacer ejercicio o trabajar en calor intenso y pobre acondicionamiento físico.

Algunas personas están predispuestas a ellos y los padecen con frecuencia después de alguna actividad física. Los niños pequeños y personas mayores de 65 años, personas con sobrepeso, enfermedades crónicas, el uso de ciertos medicamentos y el sobre ejercitarse aumentan las posibilidades de presentarlos.

Este padecimiento es común en atletas que realizan actividades extremas como maratones, ultradistancia o triatlón, al igual que en atletas mayores que realizan este tipo de actividades.

Los calambres se pueden presentar como un pequeño tic o molestia, o hasta un dolor muy intenso, incapacitante y pueden durar unos segundos o hasta 15 minutos. El músculo afectado se siente “duro” y puede verse contraído o deformado a través de la piel.

PREVENCIÓN

Se sugiere mejorar su condición física progresivamente para adaptarse a las cargas de trabajo o ejercicio, realizar ejercicios de flexibilidad y/o estiramiento, calentar antes de realizar cualquier actividad física intensa, hidratarse apropiadamente según el ejercicio a realizar y las condiciones del clima, etc.

TRATAMIENTO

Es común que el espasmo muscular ceda rápidamente, pero si no lo hace, se sugiere estirar suavemente y mantener el estiramiento hasta ceda, así como realizar un masaje suave y aplicar hielo en el área dolorosa, o calor si la contractura es persistente.


Cuando los calambres son severos, muy frecuentes, no responden al tratamiento mencionado, o no se relacionan con actividad física intensa, debe buscarse la ayuda de un profesional de la salud, ya que, en ocasiones, éstos pueden ser la manifestación de problemas serios de salud como trastornos circulatorios, metabólicos, hormonales, mala nutrición o del sistema nervioso.