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Regar demasiado es tan malo como regar poco

Por: dpa
Muchas plantas posiblemente se sequen porque se las riega demasiado poco. Pero muchas otras se mueren porque sus dueños se esmeran demasiado, es decir, las riegan más de lo necesario. ¿Qué debería saber un jardinero aficionado al respecto?

El problema de las plantas en maceta


Si a las plantas en maceta se les da demasiada agua, en algún momento pasa el sustrato y se acumula en la maceta. Y si esta es muy pequeña, también en el mismo sustrato. Esta humedad acumulada rodea las raíces y con el tiempo hace que se pudran. Lo mismo vale para la lluvia en relación a las plantas en maceta.

Por eso, señalan los jardineros expertos, las macetas deben tener un agujero en el fondo, que permita que el agua excedente se elimine. De lo contrario, uno debería volcar el agua sobrante. Una alternativa puede ser un drenaje en el fondo de la maceta, por ejemplo, una capa de grava o de arcilla expandida, que pueda absorber la humedad. Pero también en ese caso en algún momento hay que volcar.

El problema de las plantas de jardín

También las plantas de jardín necesitan cada tanto un riego adicional, especialmente en días secos. Pero también en ese caso conviene no echarles demasiada agua. O, mejor dicho, mejor regar menos frecuentemente, pero en mayor cantidad, aseguran los expertos.

Así se ayuda a las plantas a administrarse mejor por sí mismas. Si las plantas son regadas regularmente con frecuencia por el jardinero, no tienen incentivo para generar raíces hacia una mayor profundidad, donde la tierra es más húmeda. Permanecen en la superficie. Pero allí, en épocas de sequía, se debilitan y necesitan con más razón que un jardinero las atienda todo el tiempo.

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