cáncer en los huesos

Cáncer en los huesos: Tipos y tratamiento

Por: Dr. Óscar García Tovar

El cáncer en los huesos se origina en otros tejidos y llega al hueso a través de la sangre, a esto se le conoce como Metástasis. En Estados Unidos se diagnostican anualmente más de 1.2 millones casos nuevos de cáncer, y hasta el 50% de ellos puede diseminarse a los huesos.

Los cuatro tipos más comunes de cáncer de huesos son:


1) El Mieloma múltiple: El más común de los tumores primarios de hueso, se origina en la médula ósea y afecta a 5-7 personas de cada 100,000 cada año, presentándose generalmente entre los 50 y 70 años.

2) El Osteosarcoma: El segundo más común, se presenta cerca de la rodilla y algunos cerca de la cadera o el hombro

cáncer en los huesos

3) El Sarcoma de Ewing: Es más común en las piernas

4) El Condrosarcoma: Se origina de las células de cartílago

Los síntomas más comunes son dolor, el cual, con frecuencia despierta al paciente en la noche, y aumento de volumen o limitación en la función del área. Aunque los tumores no son producidos por golpes, una lesión puede hacer que el tumor empiece a doler o hacer que un hueso debilitado por el tumor se fracture, produciendo un dolor intenso.


Además del examen físico, se requieren de radiografías y estudios de imagen como Resonancia Magnética y TAC, así como exámenes de laboratorio. Aunque por lo general, los estudios nos ayudan a establecer un probable diagnóstico, siempre se requiere de una biopsia para establecerlo con certeza.

Es muy importante en cualquier tipo de cáncer tratar de establecer si éste se encuentra limitado a un área o si ya se ha expandido a otras áreas del cuerpo, ya que esto implica grandes diferencias en el tratamiento y en el futuro del paciente, pues, cuando el cáncer se ha extendido, la mayoría de los pacientes fallecen en corto tiempo.

Generalmente el tratamiento implica una cirugía para retirar el tejido canceroso. Actualmente es posible salvar la pierna o brazo donde se encuentra el tumor, sin embargo, ocasionalmente se requiere la amputación para poder resecar todo el tumor. La mayoría de los pacientes requieren también de quimioterapia para tratar de “matar”, las células malignas y en algunos casos radiaciones con el mismo fin.