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La importancia del buen cuidado del vino

Por: Yolanda Ribó

Comprar una botella de buen vino y no manejarla y conservarla apropiadamente es como colgar una obra de arte en una habitación obscura, o tener un caballo de carreras sin correr o tener un Rolls-Royce  con la pintura estropeada.

Si vale la pena invertir en una buena botella de vino, con mayor razón vale la pena conservarla y sobretodo servirla en óptimas condiciones.


No hay nada misterioso ni complicado en entender por qué es importante conservar adecuadamente el vino.

Hacerlo bien agregará mucho al placer de beberlo y hacerlo mal convertirá el néctar en algo muy poco placentero.

Una botella de vino fino solo pide dos cosas: la primera es descansar acostada en un lugar fresco, obscuro y quieto hasta ser abierta.

La segunda es ser descorchada y degustada con tiempo, sin prisas, dejando que vaya oxigenándose paulatinamente y a su ritmo.

Guardar las botellas de buen vino es comúnmente un problema para casi todo el mundo.

Sobre todo cuando se vive en un lugar de clima tan cambiante y extremoso como el nuestro.  Mientras no hace calor cualquier alacena libre de luz y vibraciones donde las botellas puedan acostarse sería suficiente ya que estando entre 7 y 21 C (45-70 F) el vino se mantiene en condiciones adecuadas para su desarrollo natural.

Esto mientras esa alacena o closet mantenga la misma temperatura constantemente. Tengamos siempre en cuenta que una de las más grandes agresiones que puede sufrir el vino es un cambio brusco de temperatura.

En época de verano la única forma de mantener el vino en condiciones medianamente adecuadas es mediante refrigeración constante. La realidad es que para climas tan cálidos como el de Mexicali una cava con temperatura controlada es lo ideal y lo único que garantiza el estado óptimo de un vino fino.

Con lo anterior podemos entonces entender porqué también es importante escoger bien el comercio donde uno va comprar una (o varias) botella de vino, sobre todo si nuestra intención es la de adquirir esa botella especial para ese momento o persona especial.

Fijémonos bien siempre en las condiciones en las que está la botella que deseamos comprar: limpieza de la botella misma y el anaquel donde se conserva, estado del casquillo y la etiqueta etc. Esto nos puede dar claves del trato que ha tenido ese vino. También vale la pena analizar un poco donde y como pudo haber estado ese vino antes de llegar a la tienda en la que estamos.

Si es una tienda especializada seguramente el vino viene directamente del productor o de un distribuidor especializado.

Si estamos en un almacén departamental o supermercado lo más probable es que esa botella tenga mucho mas pasado.

Esto es, que haya pasado por mas almacenamiento, transportes etc. antes de haber sido puesta él en anaquel que tenemos delante.


El deleite de degustar un vino inicia con su búsqueda y su elección. Encontrarlo y planear el momento de abrirlo nos va anticipando la experiencia y el placer que nos brindará al irlo descubriendo.

No hay mayor decepción que descubrir que aquel vino no es lo esperado por falta de cuidado, pero el caso contrario es la gloria misma.

Cuando el vino tan cuidadosamente elegido cumple y rebasa las expectativas, la experiencia es única y casi siempre irrepetible. Son de esos momentos que uno vive solo una vez.