Viste las ventas de tu oficina en casa
Por: Decofilia
La llegada del Covid-19 ha supuesto grandes cambios en nuestras vidas, y entre las tendencias más marcadas y que probablemente dejen una huella para siempre, está el aumento del teletrabajo.
Las empresas que han podido, han enviado a sus empleados a trabajar desde casa, y así miles de personas han tenido que improvisar a marchas forzadas una oficina en su hogar.
Aunque al principio lo más apremiante parecía ser buscar un hueco para un escritorio donde colocar el ordenador y una silla cómoda para pasar muchas horas en él, lo cierto es que uno de los elementos más importantes a la hora de trabajar es el control de la luz.
Un “home office” debe colocarse siempre en un sitio bien iluminado, con la fuente de luz natural lo más cercana posible al escritorio, para esto, existen múltiples opciones a tener en cuenta, desde la ubicación de la mesa de trabajo, al tipo de cortina o persiana a instalar.
Ubicación del escritorio respecto a la ventana
a) Iluminación lateral
Lo ideal al montar nuestra oficina en casa es colocar el escritorio con la luz entrando por la izquierda (si somos diestros) o por la derecha (si somos zurdos). Así, no nos haremos sombras al escribir y la computadora no interferirá con la ventana.
Hay gente a la que no le gusta trabajar de cara a la pared, y por tanto prefiere colocar el escritorio bajo la ventana o de espaldas a ella.
Colocar el escritorio bajo la ventana tiene la ventaja de trabajar viendo el paisaje, aunque a cambio puede distraernos del trabajo y si usamos una computadora con pantalla fija, tendremos problemas para abrir la ventana a menos que ésta sea corrediza, de guillotina o abra hacia fuera.
En cambio, colocar el escritorio de espaldas a la ventana suele ser habitual cuando la persona prefiere trabajar de cara a la puerta para ver quién entra, aunque a cambio se hará sombra con su propio cuerpo a la hora de trabajar y, en algunos casos, la luz procedente de la ventana podría reflejarse en la pantalla del computador y resultar molesta.
c) El escritorio en el centro de la estancia
Otra opción si queremos evitar estos inconvenientes, pero evitar trabajar de cara a la pared, sería colocar el escritorio en el centro de la estancia, ya sea con la luz entrando desde la derecha o la izquierda, según preferencias.
Esto permite aprovechar la pared de nuestra oficina en casa para colocar estanterías y a la vez trabajar con más amplitud por delante. Sin embargo, es complicado para trabajar con la computadora, principalmente por el cableado, que debe llegar a un enchufe y por tanto acaba molestando por el suelo.
- Cómo vestir las ventanas
Una vez acomodado el escritorio, hay que elegir la forma de cubrir las ventanas, aquí es donde encontramos muchas opciones.
a) Ventanas sin cubrir
Es una opción muy rara, pero por supuesto, hay quien es partidario de no vestir las ventanas con ningún elemento de control de la luz.
Sin embargo, eso sólo suele ser factible cuando el sol no incide de forma directa y cuando disfrutamos de un paisaje digno de admirar y de una total privacidad, lo que no suele ser el caso de la mayoría.
b) Estores
Son una de las opciones más elegidas para una oficina en casa, pues estéticamente vienen muy bien para dar una “apariencia de despacho” y funcionalmente, son ideales para ciertas opciones, en particular cuando se tiene el escritorio bajo la ventana.
Dentro de los tipos de estores, los enrollables resultan los más prácticos, aunque los de varilla también son muy solicitados por su apariencia más cálida u hogareña, no obstante, tienen el inconveniente de que, al subirlos, no llegan hasta arriba del todo y, por tanto, hay que tener cuidado para que no estorben al abrir la ventana. En cualquiera de los casos, habrá que tener muy en cuenta el tejido del que está hecho.
Los más adecuados a efectos laborales son los tipo screen, que regulan la entrada de luz en base a distintos rangos que hacen que ésta rebote más o menos hacia fuera. Algunos, además regulan también el calor, por lo que pueden ser interesantes para ubicaciones muy cálidas.
Lo ideal también es que sean translúcidos, para que dejen pasar la luz, pero no la eliminen, creando un efecto de intimidad sin que la luminosidad se vea afectada.
Hay quien prefiere los estores opacos, que pueden ser interesantes para cuando se trabaja de noche y no queremos que se nos vea desde el otro lado, ya que los traslúcidos, con la luz dada desde dentro, sí permitirían vernos desde fuera.
Algunos de estos estores pueden colocarse por fuera de la ventana y otros por dentro, con la forma exacta del vidrio.
Para controlar luz y privacidad al mismo tiempo existen los estores noche y día, que están formados por un textil en doble capa que combina franjas opacas con franjas traslúcidas, de modo que cuando queremos privacidad regulamos las capas de forma que las franjas traslúcidas queden tapadas por las opacas y cuando queremos luz las abramos.
c) Cortinas
Las cortinas evitan el problema de los estores cuando las ventanas son batientes y se quieren tener abiertas. De este modo, se puede abrir la ventana y correr la cortina por dentro para evitar ser visto sin perder ventilación.
Igualmente, en lo que a cortinas se refiere, lo habitual es elegirlas traslúcidas para que dejen pasar la luz.
Cuando el escritorio va frente a la ventana, éste debe retranquearse un poco hacia dentro para permitir el juego de ondas de la cortina, y, si el escritorio tiene mucho fondo, no resultará tan cómodo correrlas, por lo que en este caso es preferible para escritorios estrechos.
d) Persianas
Aparte de la clásica persiana que suele llevar la propia ventana para el control de la luz, existe como opción las persianas venecianas.
Este tipo de persianas permiten, al igual que los estores noche-día, el control de la luz en un solo elemento mediante la inclinación regulable de sus lamas, evitando tener que combinar varias opciones entre sí.
Las persianas venecianas las podemos encontrar con lamas horizontales, que funcionan como un estor (de arriba abajo) o con lamas verticales, que funcionan como una cortina (de izquierda a derecha).
Igualmente, se pueden colocar por fuera de la ventana o en el hueco de la misma, aunque en este caso habrá que estar atentos a que no interfieran con la apertura de la ventana.
En cuanto a los materiales, las persianas pueden ser de madera, metálicas o de vinilo/pvc, dependiendo de la estética que se le quiera dar a nuestra oficina en casa, la facilidad de limpieza o las posibles alergias se podrán elegir unas u otras.
Por ejemplo, las de madera son las más estéticas, pero si se tiene alergia a los ácaros, las ideales serán las de vinilo, que repelen mejor el polvo.
Además, pueden regularse con la clásica cadenita o pedirlas motorizadas.
e) Combinación de estores, cortinas y persianas
Para disminuir los inconvenientes de unas y otras opciones, a veces resulta ideal la combinación de dos elementos reguladores de luz.
Lo habitual es optar por un estor detrás de unas cortinas, de este modo se tienen las ventajas de ambos mundos evitando sus inconvenientes.
También hay quien elige dos capas de cortinas, una más traslúcida para el día y otra más opaca por encima para el trabajo de noche. Esta solución estéticamente da además un aspecto muy elegante a la estancia.
Existe todo un mundo de opciones para el control de la luz en nuestra oficina en casa, elijamos la que más se acomode a nuestro estilo de vida y haga más agradable y saludable el trabajo en el hogar.
Decofilia
Fuente: https://decofilia.com/vestir-ventanas-oficina-en-casa/