En memoria Henry Mateo Sánez – Grandeza de corazón, empatía y amor, su legado
Por: Revista Actitud M
El doctor Mateo Sánez, fue egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Nacional de Perinatología, y se dedicó por muchos años a la biología de la reproducción humana, trayendo felicidades a miles de parejas que pensaban que ya no tenían oportunidad de formar una familia y que, llegando a sus manos, vieran logrado su sueño.
Este profesional fue el precursor en Reproducción Asistida en el estado, logrando en 1997 el primer bebé de probeta en la ciudad que lo vio crecer como profesional, Ensenada.
Henry Mateo fue, desde hace 12 años, colaborador y asiduo lector de Revista ActitudM, del que fue a la par entrañable amigo y un ser humano excepcional, quien deja un vacío grande en todos los que lo conocimos.
Su legado
Miles de familias, no sólo de México, sino de Estados Unidos y otros puntos del continente, fueron entendidas y apoyadas por este gran médico que ayudó a crear vida donde muchos pensaban que no se podía y a llevar como él decía, un bebé sano a casa.
La familia Valadez Jasso, de Los Ángeles, California, fue una de las miles que fueron beneficiadas con conocimiento y expertiz de este profesional de la Medicina reproductiva, quienes después de múltiples intentos de generar vida, fue hasta que llegaron a las puertas de Mateo Sánez cuando este intento se convirtió en una realidad.
“Para nuestra familia, siempre habrá un tiempo especial para agradecer a una persona muy apreciada que hizo una diferencia muy significativa en nuestra vida, el doctor Henry Aristóteles Mateo Sánez”.
“Después de 7 años de haber sido bendecida con 4 hijas, fui operada y tras varios intentos fallidos en otras clínicas para lograr otro embarazo, desde Los Ángeles, California, visitamos Ensenada, pues nos enteramos de la trayectoria y experiencia en Medicina Reproductiva del doctor Henry Mateo”.
“El 16 de junio de 2018, recibimos la maravillosa noticia, después de someternos al tratamiento indicado, de que el resultado de mi prueba de embarazo era positiva, ¡estábamos embarazados!, nuestro sueño se iba cristalizando, pequeño al que llamamos MIRACLE BABY, porque para nosotros es un milagro, un regalo divino”.
“Agradecemos infinitamente, primeramente, a Dios, quien es el creador de vida, y al doctor Mateo Sánez, por su gran apoyo, por dedicar su vida a hacer felices a muchas parejas, por ser un médico considerado y con un gran sentido de humanidad”.
Thelma y Rafael García, desde Tempe, Arizona, fue otra familia que, sin esperanza, llegó al consultorio del doctor Henry Mateo después de cuatro tratamientos convencionales de fertilidad, uno en Ciudad Obregón Sonora, otro en Guaymas, Sonora, en Hermosillo Sonora, y en Tijuana, Baja California, los cuales los dejó emocional y económicamente, muy lastimados.
“Estaba deprimida, aislada del mundo exterior y en ese momento, escuché en el radio que alguien hablaba de fertilidad, entonces conocí al doctor Henry que habló con tanta seguridad, certeza y fundamentos científicos acerca de los procedimientos para fertilidad, que mi corazón me dijo sí, aunque me resistía a creer que después de haber luchado ocho años podía ser posible que alguien, a quien ni siquiera le veía la cara, me dijera que tenía la posibilidad de `llevar un bebé sano a casa`”.
“En diciembre del 1995 decidimos entonces recomenzar, nos encontramos con una persona comprensiva y con gran empatía con las parejas y, entonces fue ahí, que después de ocho años de buscar, encontramos lo que tanto deseábamos, la prueba de embarazo fue positiva. Corrí al teléfono, llamé al doctor Henry y le dije: “¡Positivo! Muchas gracias” y él, con un tono de humildad me dijo, `no me des las gracias a mí, soy sólo un instrumento de Dios para lograrlo`, eso habla del gran amor que le tiene a su trabajo.”
En nombre de todos los padres de “niños logrados” y de parejas que se han vuelto familia a lo largo de estos 23 años, decirle al doctor Henry Mateo Sánez, ¡GRACIAS!, gracias por su trabajo tan humano, por su empatía y su gran corazón, legado de amor que deja una huella imborrable, hoy, que ha sido llamado a los brazos de su Creador.
Desde aquí, con cariño, un abrazo hasta el cielo. Descanse en paz.
