
¡Ya no sufras de dolor de espalda!
Por: Dr. Oscar García
A través de la columna cervical los nervios (médula espinal) que van de la cabeza a los brazos y piernas están protegidos por las vértebras. Estos nervios llevan la información que nos permite mover y sentir los brazos y piernas.
El dolor del cuello puede originarse en los músculos (contracturas o espasmo, desgarros, etc.) ligamentos (esguinces o torceduras) y nervios (comprimidos por hernias de disco o desgaste de los huesos y articulaciones). También los huesos y articulaciones o los discos que van entre las vértebras pueden producir dolor. Este dolor se puede presentar en el cuello, en los hombros, brazos o en la parte alta de la espalda. Por lo que fácilmente se confunde con dolor que se origina en los hombros.
En gente joven las causas más comunes son: lesiones o movimientos bruscos como los que se producen en un choque automovilístico (lesión por latigazo) o en caídas y lesiones deportivas, en los cuales un movimiento súbito produce lesión de los ligamentos (esguince cervical). En niños y personas jóvenes la llamada Tortícolis Muscular producida por una contractura o espasmo muscular intenso, es muy dolorosa y limita el movimiento del cuello.
En personas mayores de 40 años, los discos cervicales, que son una especie de amortiguador entre las vértebras, se empiezan a desgastar y disminuyen su tamaño produciendo movimiento anormal entre las vértebras e irritación de las articulaciones entre ellas, lo cual se manifiesta por dolor y limitación de la movilidad del cuello. Cuando un disco se inflama y una parte del mismo se hace prominente (Hernia de disco) comprime a los nervios cercanos, produce dolor que se puede manifestar en el cuello, hombros, brazos y hasta en las manos. Además de dolor se puede presentar adormecimiento, ardor, calambres, disminución de la sensibilidad y de la fuerza del brazo y mano.
En las lesiones más severas del cuello, como fracturas o luxaciones, se pueden lastimar los nervios y producir parálisis. Estas lesiones son generalmente producto de caídas de altura, accidentes automovilísticos a alta velocidad, volcaduras, o al “tirarse de clavado” en una alberca de poca profundidad.
Cuando suceden estas lesiones se debe inmovilizar el cuello con algún tipo de collarín, una sábana o una almohada, para no producir mayores lesiones. Trasladar al paciente a un Hospital para una revisión médica (checar la fuerza y movilidad de brazos y piernas) y tomar radiografías del cuello.
Otros datos que nos indican es necesario una evaluación médica son: dolor intenso, continuo o persistente, limitación de la movilidad del cuello, dolor que se corre a brazos y piernas, dolor que se acompaña de adormecimiento o debilidad de brazos y piernas. O si se acompaña de dolor de cabeza, fiebre o ataque al estado general.
La evaluación médica inicial consiste en un examen clínico y radiografías del cuello, y está dirigida a encontrar una causa específica del dolor, e iniciar el tratamiento apropiado, generalmente con medicamentos anti-inflamatorios y para el dolor, relajantes musculares, calor local, e inmovilización temporal con un collarín. En casos seleccionados se requieren de estudios más sofisticados como resonancia magnética, TAC, etc.
La mayoría de los casos se resuelven con medicamentos, reposo, inmovilización y fisioterapia o rehabilitación. En los casos más severos o resistentes se puede requerir de una operación para resolver el problema.
