Tiempos de conciencia y reflexión

Por: Dr. Alejandro Nuricumbo V.

En estos momentos escuchando música, tomando un café, me dispongo a escribir unas líneas sin las prisas habituales, la falta de tiempo.

Podría decir que poco extraño mi vida anterior, tal vez porque soy de los afortunados que se pudieron quedar en casa, imposible para los más desprotegidos que viven al día, que le tienen más miedo a no comer que al coronavirus, los que no tienen hogar.

Me despierto con la noticia que al parecer Mexicali está haciendo su trabajo y que somos de las ciudades con mejor comportamiento gracias a su colaboración, gracias a las autoridades, gracias a las empresas no esenciales, o tal vez debido al miedo.



Todos conocemos por lo menos a una persona, o familia, que está batallando o luchando contra esta enfermedad, en mi caso muchos médicos, amigos, héroes que se han enfermado tratando de paliar este padecimiento con recursos limitados, sin entrenamiento previo y sin equipo de protección personal adecuado.

“al parecer la alternativa más viable es la producción de una vacuna global”

Al parecer no habrá un retorno rápido a nuestras vidas previas, el virus ha golpeado algunas ciudades pero aún no ha llegado a las poblaciones más pequeñas, es un virus resistente y llegó para quedarse y al parecer la alternativa más viable es la producción de una vacuna global, y ya hay varios avances en torno a esto.

Equipos de Reino Unido, Alemania, China y Estados Unidos reportan ya pruebas de la vacuna en humanos, sin embargo, una vacuna aún se encuentra lejos, 12 meses tal vez, en lo que se verifica su seguridad y eficacia, además la producción masiva para más de 7 mil millones de habitantes.

Según varios analistas no tienen duda que terminando la crisis, el mundo y la economía se activarán pronto, pero en estos momentos debemos resguardarnos y proteger a nuestros seres queridos, pues, si subestimamos este virus, de seguro nos encontrará y nos cobrará la factura.



No pretendo ser un oráculo de sabiduría, sólo me gustaría compartir con ustedes alguna nueva información, a pesar que tal vez están saturados de ella.

Tenemos que ser prudentes con lo que vemos en internet y redes sociales, ya que se llenan con noticias falsas que sólo alarman y desorientan a la población, por ejemplo:

  • El origen del virus: Hasta 30% de la ciudadanía piensa que el virus se originó en un laboratorio o que fue creado por humanos, esto no es verdad. Varios virólogos y fuentes confiables confirman que este virus es de origen natural, que es una mutación que lo volvió capaz de infectar a los humanos.
  • Uso de cubrebocas: Al principio se nos dijo que no eran necesarios y conforme va avanzando el tiempo nos hemos dado cuenta que los países que han usado mascarillas protectoras les ha ido mejor y tiene su lógica. Estés enfermo, sano o seas un portador asintomático, te proteges y me proteges al usarlo en lugares públicos, además de mantener la distancia de 1.2 metros.
  • Cantidad de personas afectadas: Es increíble ver los números y las gráficas de cómo avanza el Covid-19 a lo largo y ancho del planeta, sin embargo, estos números no son confiables, ya que es imposible realizar la prueba a todos los habitantes, además de ser costosa e ineficiente.
  • Un par de reportes en California, en Santa Clara y Los Ángeles nos indican que entre el 2.5% y 4% de la población ya tuvieron exposición y muestran inmunoglobulinas contra coronavirus, esto podría indicar que el virus no tiene el porcentaje de mortalidad que se le da en el momento, ya que en muchos casos sólo se le realiza la prueba a pacientes sintomáticos o pacientes graves, dejando sin diagnóstico a los que tienen síntomas leves o asintomáticos que podrían ser miles más.
  • Ansiedad: Ante tanta información y preocupación, es común que me hablen preguntándome si tienen el virus y si se tienen que hacer pruebas diagnósticas.

“Tenemos que entender que no todos nos vamos a enfermar y los que nos vamos a enfermar, la inmensa mayoría no moriremos”

Es muy evidente que los ingresos hospitalarios en gran medida se asocian a pacientes con alguna enfermedad crónica como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, cáncer, VIH etc. no quiere decir que los demás somos inmunes, pero podríamos contagiar a nuestros padres y familiares enfermos y ellos morir.

Apaguen el televisor, dejen las redes sociales, dense un respiro; salgan al jardín, lean un libro, descansen, hagan las labores del hogar; canten, bailen, de eso se trata la vida, de hacer lo que uno disfruta, pero tampoco se vuelvan compulsivos.

Nadie está obligado a emerger de esta pandemia con un estado físico excelente, o con un nuevo idioma que aprendieron, son tiempos de reflexión de introspección, quién soy, dónde estoy, a dónde voy, tal vez esta pausa nos permita descubrir nuestro verdadero lugar en el mundo.